El
bloque 1 “Literatura infantil. Análisis y selección” ha sido el primer bloque
que me ha introducido en la asignatura de literatura. Lo primero que he
aprendido ha sido a diferenciar un texto literario, de otro que no lo es. Las
diferencias son muy claras. Para que un texto sea literario tiene que tener las
siguientes características:
-Tiene que pertenecer a uno de los 3 géneros literarios narrativa,
poesía o teatro.
-Tiene que hacer un uso explícito de la función poética del lenguaje.
Se consigue con figuras literarias expresar mucho más de lo que se expresa
literalmente. No es qué dice, sino cómo lo dice.
-Han de ser obligatoriamente de ficción. Ficción no es fantasía (cosa
que tendemos mucho a confundir), ficción es no realidad, o mejor dicho y como
mejor lo entendí yo, es una realidad filtrada por medio de la creatividad,
subjetividad etc.
-Su principal intención es la intención artística.
Las dos primeras características me fue muy sencillo asimilarlas, pues
entendí la relación de estas con la literatura, pero cuando hablamos de las dos
últimas características me sorprendí mucho. Yo pensaba que todos los libros que
me había leído eran literatura, entre algunos de los libros que yo me he leído,
hay libros de autoayuda, autobiografías, best-sellers… Y cuando la profesora dijo
que eso no era literatura la verdad es que no lo entendía bien. Por ello nos
siguió explicando a qué género pertenecen ese tipo de libros que no poseen
todas las características de los textos literarios.
Hay un género llamado subliteratura al que
pertenecen por ejemplo, los libros de Disney. La primera intención de la
subliteratura no es la artística sino la económica. Aquí nos encontramos con
los best-sellers que con el apoyo de una editorial, el marketing etc… nacen
para convertirse en best-sellers.
Por otro lado nos encontramos con otro género, el cual también
desconocía por completo, llamado paraliteratura al cual
pertenecen aquellos textos que cumplen casi todas las características de un
texto literario pero no suelen cumplir las dos últimas (ser de ficción, o tener
una finalidad artística). Por ejemplo en este género nos encontramos, la serie
de “Paula” de Barco de Vapor, una colección de libros destinada a ayudar a los
niños a comprender mejor los diferentes momentos de la historia. Otro ejemplo
que nos encontramos de paraliteratura son las biografías, los libros de
autoayuda como los libros de Paulo Coelho (en los que su primera finalidad no
es artística sino hacer reflexionar al lector)… La poesía que escribía Rafael
Alberti en la guerra era para animar a los soldados al frente por tanto su
finalidad no era artística, por lo que también se consideraría paraliteratura.
Una vez comprendido el significado de lo que es un texto literario, he
aprendido principalmente lo importante que es saber seleccionar un libro
adecuado para los niños, determinando su edad y sus gustos cuando ya se conoce
a la clase o al lector.
Para entender esto, fue muy importante conocer la historia de la
literatura infantil.
La literatura infantil que conocemos hoy en día es aquella que
componen los textos literarios que están creados para niños de entre 0-14 años
cuyo objetivo principal es acercar a los niños a una experiencia
artístico-literaria.
Pero para llegar a esta definición de la literatura infantil como tal,
han pasado muchos años en los que nada de esto ha existido.
Situémonos para comenzar a hablar de la historia de la literatura en
la Edad Media. En esta época
se empezó a escribir para niños pero solo a partir de 8 años, ya que los
menores de 8 años no eran considerados personas. (Yo sinceramente aluciné
cuando me enteré de esto en clase). Por supuesto, os podréis imaginar que en la
Edad Media sólo aprendían a leer los privilegiados
y la mayoría chicos. Los libros que se escribían en esta época eran
completamente paraliterarios.
Gracias a la llegada de la imprenta, se amplió bastante la
alfabetización. Llegando ya al s. XVI ya hay algunas niñas que acceden a la lectoescritura. Pero en cuanto al tipo de
libros, seguimos en lo mismo, eran completamente paraliterarios. Los
niños leían novelas de caballerías escritas para adultos, porque les gustaban.
Lope de Vega fue el primer autor en escribir para niños, aunque
realmente no fue un texto para un público infantil, sino que escribió un poema
que era un villancico para uno de sus hijos. No obstante, aunque fuera para su
hijo, es la primera manifestación literaria española que se conoce pues utiliza un lenguaje sencillo, y tiene una
intención literaria.
Ya en el s. XVIII nos encontramos en Francia con Lafontaine que
publicó un libro llamado “Fábulas Infantiles”, le menciono porque a él le
copiaron dos españoles, Iriarte y Samaniego, que publicaban en España libros de
fábulas. Si os habéis dado cuenta, seguimos hablando de paraliteratura en el
s.XVIII pues las fábulas son un claro
ejemplo de textos paraliterarios. Sin embargo gracias a estas fábulas
empezó a surgir un interés por enseñar a los niños la literatura, pero aún así,
siempre que escribían para niños pretendían moralizarles, no veían nada
importante acercar a los niños a la literatura como entretenimiento. Es a
finales de este siglo, cuando surge la gaceta para niños, con
actividades y a veces un texto literario al final para el placer de la lectura,
pero siempre había algo para enseñarles moralmente.
En el s.XIX aparece ya más interés por acercar la literatura al
niño. Fernán Caballero, que era una mujer llamada Cecilia Bold der Faber
pero firmaba como hombre, escuchaba a los niños en la calle, sus canciones y
las recogía en libros, y también algunos cuentos populares, así empezó a
recopilar textos folclóricos. Emilia Pardo Bazán fue la primera mujer
catedrática que publicó textos naturalistas, con personajes e historias muy
realistas, lo cual supuso un boom en aquella época. Terminando con el siglo XIX
y llegando a principios del siglo XX nos encontramos con el padre Coloma,
que cogió cuentos folclóricos y los adaptó para niños. Por ejemplo sustituía al
hada madrina por un ángel de la guarda para adaptarlos al catolicismo. También
creó otros textos que escribió el mismo con ambientación más realista. No
obstante estos textos eran dirigidos para niños mayores de 5 años. Infantil no
existía en aquella época. Aparece también por esta fecha, Saturnino Calleja,
que aunque al principio sus libros eran muy costosos, luego abarató los costes
y llegó a publicar 3000 volúmenes de una colección de cuentos que salían en los
kioskos y que los niños podían comprar todas las semanas. Aquí se da un paso muy importante, empiezan a ser los niños los
protagonistas de los cuentos para niños. No obstante, los personajes
que aparecen, son personajes planos,
es decir, arquetipos que se definen por 1 o 2 características, como por
ejemplo: Blancanieves: guapa e ingenua.
Yo no era consciente de la falta de literatura infantil que ha habido
a lo largo de la historia, pues cuando yo era pequeña tuve la suerte de conocer
la literatura infantil en sus comienzos, pues en los años 90 fue el mayor boom
de la literatura infantil. Cuando hablábamos en clase de la importancia que le
daban a lo largo de la historia a los valores morales, a que los niños leyeran
para aprender algo, y de la poca importancia que se le daba a fomentar en los
niños el amor por la lectura, me costaba asimilarlo. Es difícil entender cómo a
lo largo de tantos siglos, no se llegara a conseguir el hecho de escribir para
la propia diversión y entretenimiento de los niños. Pues leer es un hobby tan
bonito o mucho más que cualquier otro. De hecho a los niños que les gusta leer
muchas veces su mayor regalo es un libro. Pensar que mis padres, mis abuelos y
muchas otras generaciones no han podido disfrutar de la lectura como tal, me
hace recapacitar mucho sobre la suerte que hemos tenido en mi generación, de
poder entender la lectura como un entretenimiento y un disfrute y de disponer
de libros infantiles gracias a los que podamos entenderla como tal.
Al hablar de la generación de mis padres y de mis abuelos, he de hacer una parada para
hablaros de los años 30 en los que Elena Fortún publica su primera
novela “Celia” con un personaje principal, Celia que no era un personaje plano,
sino todo lo contrario, era un personaje con psicología infantil (rabietas,
travesuras …) No se había leído nada igual que Celia hasta el momento. Como
tuvo mucho éxito “Celia” creció y se siguieron publicando libros hasta los años
60.
Aparecen por esta época (40-50) también libros como “Antoñita la fantástica”, “Coyote” “Maripepa” (primeros libros ilustrados a color en España)…
Y por fin llegamos a los años 90. En los que empieza a llevarse a cabo
la necesidad de acercar al niño a la literatura infantil. Y es en esta fecha
cuando realmente se define el concepto de literatura infantil, se empieza a
tener en cuenta la importancia de que los niños lean por diversión, por el gran
placer de leer. Surge la Fundación del libro infantil y juvenil: Germán Sánchez
Ruipérez.
Una vez que ya os he acercado a la historia de la literatura infantil,
como me acercó a mí Irune en clase voy a centrarme en los temas que me han
llamado especialmente la atención de este bloque para desempeñar mi futura
labor como maestra.
El tema de los personajes planos con los que los niños no podían
identificarse, me pareció muy importante haberlo conocido para entender la
importancia que tiene a día de hoy el desarrollo y el carácter de los
personajes en los libros infantiles, la importancia de que el lector pueda
identificarse, sino es con el protagonista con algún personaje de la historia,
o pueda identificar a alguien cercano a él, por ejemplo a sus padres, a sus
hermanos, profesores, amigos, con personajes de los libros.
A la hora de elegir un libro para recomendar a nuestros alumnos es muy
importante que tengamos en cuenta la edad a la que va dirigido, los gustos de
nuestros alumnos, y sobre todo las características del libro. Debemos fijarnos
tanto en el formato como en el contenido, que ambos sean apropiados para los
lectores a los que se lo vamos a recomendar.
Un escritor de literatura infantil no basta con que sea un buen
escritor, tiene que ser un experto en la psicología evolutiva del niño, se
tiene que ajustar a lo que los niños sienten. La literatura por su esencia
apela al aprendizaje emocional. Por lo que al igual que un escritor de
literatura infantil, tiene que tener ciertos conocimientos, nosotros como
futuros maestros también hemos de partir de una base firme para poder recomendar
un buen libro a nuestros alumnos.
Es muy importante que tengamos en cuenta qué tipo de libro queremos
que lean, si queremos enseñarles historia acompañándola con un libro de la
serie de “Paula”, está claro que no tendremos que tener en cuenta los mismos
criterios que para recomendar un libro literario. Para recomendar un texto
paraliterario como son los de la serie de Paula, debemos tener en cuenta
factores como, que el libro tenga una finalidad funcional, que se entienda bien
la historia como la explica el libro, que no se haga muy pesado etc…
Sin embargo a la hora de recomendar un libro de literatura infantil
para el disfrute de los alumnos hemos de pensar en cosas muy distintas. El
formato del libro ha de ser adecuado a la edad pero sobre todo el contenido. En
mi futura labor como maestra, tendré mi propio archivador, con análisis que
empezaré a hacer desde este año de libros infantiles. Me parece muy importante,
por no decir lo más importante, que los lectores se sientan identificados con
el protagonista o los personajes, por lo que será un aspecto a tener muy en
cuenta a la hora de recomendar un libro. Además me parece muy importante que el
libro tenga un lenguaje para niños, es decir que sea comprensible y sencillo,
siempre adecuado a las diferentes edades.
Me parece fundamental haber conocido todo esto, para no “meter la pata”
el día de mañana a la hora de recomendar un libro, haciendo algo como lo que me
han hecho a mi desde pequeña en mi colegio. Hay una típica frase que resuena
una y otra vez en mi mente, “Leeros tal libro y hacerme un resumen, me lo
tenéis que entregar dentro de 1 mes. El que no lo entregue suspenso” por la que
durante años aborrecía la lectura, de hecho he de decir que creo que a lo largo
de mi etapa escolar me leí dos libros de todos los que me mandaron, el resto
los buscaba en el rincón del vago, y entregaba el resumen que era todo lo que
se nos pedía.
Por favor, si me lee algún maestro nunca hagáis esto. La literatura
infantil no merece ser tratada así. Es algo muy bonito de lo que se puede
disfrutar enormemente de muchísimas maneras. Trabajar la motivación a la
lectura, fomentar el gusto por la lectura regalando a vuestros alumnos narraciones
de cuentos en clase, y no sólo elijáis vosotros por ellos, dejarles que
participen que elijan libremente el tipo de libro que les guste leer, no a
todos nos gustan los libros de princesas o los libros de aventuras. Si os
obligan a que los niños lean un libro determinado intentar motivarles lo máximo
posible. Lo más importante, acompañar a los niños en su motivación a la
lectura.
Páginas web recomendables:
·Cómo trabajar la literatura infantil en primaria
http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_26/AURORA_MINGORANCE_1.pdf
·Los beneficios de la literatura infantil
http://www2.fe.ccoo.es/andalucia/docu/p5sd7247.pdf
·Un artículo sobre literatura infantil y educación primaria.
https://periodicos.ufsc.br/index.php/perspectiva/article/viewFile/2175-795X.2012v30n3p947/pdf_1
Páginas web recomendables:
·Cómo trabajar la literatura infantil en primaria
http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_26/AURORA_MINGORANCE_1.pdf
·Los beneficios de la literatura infantil
http://www2.fe.ccoo.es/andalucia/docu/p5sd7247.pdf
·Un artículo sobre literatura infantil y educación primaria.
https://periodicos.ufsc.br/index.php/perspectiva/article/viewFile/2175-795X.2012v30n3p947/pdf_1
Perfecto.
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