miércoles, 22 de enero de 2014

ARTÍCULO BLOQUE 1

El bloque 1 “Literatura infantil. Análisis y selección” ha sido el primer bloque que me ha introducido en la asignatura de literatura. Lo primero que he aprendido ha sido a diferenciar un texto literario, de otro que no lo es. Las diferencias son muy claras. Para que un texto sea literario tiene que tener las siguientes características:
-Tiene que pertenecer a uno de los 3 géneros literarios narrativa, poesía o teatro.
-Tiene que hacer un uso explícito de la función poética del lenguaje. Se consigue con figuras literarias expresar mucho más de lo que se expresa literalmente. No es qué dice, sino cómo lo dice.
-Han de ser obligatoriamente de ficción. Ficción no es fantasía (cosa que tendemos mucho a confundir), ficción es no realidad, o mejor dicho y como mejor lo entendí yo, es una realidad filtrada por medio de la creatividad, subjetividad etc.
-Su principal intención es la intención artística.

Las dos primeras características me fue muy sencillo asimilarlas, pues entendí la relación de estas con la literatura, pero cuando hablamos de las dos últimas características me sorprendí mucho. Yo pensaba que todos los libros que me había leído eran literatura, entre algunos de los libros que yo me he leído, hay libros de autoayuda, autobiografías, best-sellers… Y cuando la profesora dijo que eso no era literatura la verdad es que no lo entendía bien. Por ello nos siguió explicando a qué género pertenecen ese tipo de libros que no poseen todas las características de los textos literarios.

Hay un género llamado subliteratura al que pertenecen por ejemplo, los libros de Disney. La primera intención de la subliteratura no es la artística sino la económica. Aquí nos encontramos con los best-sellers que con el apoyo de una editorial, el marketing etc… nacen para convertirse en best-sellers.
Por otro lado nos encontramos con otro género, el cual también desconocía por completo, llamado paraliteratura al cual pertenecen aquellos textos que cumplen casi todas las características de un texto literario pero no suelen cumplir las dos últimas (ser de ficción, o tener una finalidad artística). Por ejemplo en este género nos encontramos, la serie de “Paula” de Barco de Vapor, una colección de libros destinada a ayudar a los niños a comprender mejor los diferentes momentos de la historia. Otro ejemplo que nos encontramos de paraliteratura son las biografías, los libros de autoayuda como los libros de Paulo Coelho (en los que su primera finalidad no es artística sino hacer reflexionar al lector)… La poesía que escribía Rafael Alberti en la guerra era para animar a los soldados al frente por tanto su finalidad no era artística, por lo que también se consideraría paraliteratura.

Una vez comprendido el significado de lo que es un texto literario, he aprendido principalmente lo importante que es saber seleccionar un libro adecuado para los niños, determinando su edad y sus gustos cuando ya se conoce a la clase o al lector.

Para entender esto, fue muy importante conocer la historia de la literatura infantil.

La literatura infantil que conocemos hoy en día es aquella que componen los textos literarios que están creados para niños de entre 0-14 años cuyo objetivo principal es acercar a los niños a una experiencia artístico-literaria.
Pero para llegar a esta definición de la literatura infantil como tal, han pasado muchos años en los que nada de esto ha existido.

Situémonos para comenzar a hablar de la historia de la literatura en la Edad Media. En esta época se empezó a escribir para niños pero solo a partir de 8 años, ya que los menores de 8 años no eran considerados personas. (Yo sinceramente aluciné cuando me enteré de esto en clase). Por supuesto, os podréis imaginar que en la Edad Media sólo aprendían a leer los privilegiados y la mayoría chicos. Los libros que se escribían en esta época eran completamente paraliterarios.

Gracias a la llegada de la imprenta, se amplió bastante la alfabetización. Llegando ya al s. XVI ya hay algunas niñas que acceden a la lectoescritura. Pero en cuanto al tipo de libros, seguimos en lo mismo, eran completamente paraliterarios. Los niños leían novelas de caballerías escritas para adultos, porque les gustaban.
Lope de Vega fue el primer autor en escribir para niños, aunque realmente no fue un texto para un público infantil, sino que escribió un poema que era un villancico para uno de sus hijos. No obstante, aunque fuera para su hijo, es la primera manifestación literaria española que se conoce  pues utiliza un lenguaje sencillo, y tiene una intención literaria.

Ya en el s. XVIII nos encontramos en Francia con Lafontaine que publicó un libro llamado “Fábulas Infantiles”, le menciono porque a él le copiaron dos españoles, Iriarte y Samaniego, que publicaban en España libros de fábulas. Si os habéis dado cuenta, seguimos hablando de paraliteratura en el s.XVIII pues las fábulas son un claro ejemplo de textos paraliterarios. Sin embargo gracias a estas fábulas empezó a surgir un interés por enseñar a los niños la literatura, pero aún así, siempre que escribían para niños pretendían moralizarles, no veían nada importante acercar a los niños a la literatura como entretenimiento. Es a finales de este siglo, cuando surge la gaceta para niños, con actividades y a veces un texto literario al final para el placer de la lectura, pero siempre había algo para enseñarles moralmente.

En el s.XIX aparece ya más interés por acercar la literatura al niño. Fernán Caballero, que era una mujer llamada Cecilia Bold der Faber pero firmaba como hombre, escuchaba a los niños en la calle, sus canciones y las recogía en libros, y también algunos cuentos populares, así empezó a recopilar textos folclóricos. Emilia Pardo Bazán fue la primera mujer catedrática que publicó textos naturalistas, con personajes e historias muy realistas, lo cual supuso un boom en aquella época. Terminando con el siglo XIX y llegando a principios del siglo XX nos encontramos con el padre Coloma, que cogió cuentos folclóricos y los adaptó para niños. Por ejemplo sustituía al hada madrina por un ángel de la guarda para adaptarlos al catolicismo. También creó otros textos que escribió el mismo con ambientación más realista. No obstante estos textos eran dirigidos para niños mayores de 5 años. Infantil no existía en aquella época. Aparece también por esta fecha, Saturnino Calleja, que aunque al principio sus libros eran muy costosos, luego abarató los costes y llegó a publicar 3000 volúmenes de una colección de cuentos que salían en los kioskos y que los niños podían comprar todas las semanas. Aquí se da un paso muy importante, empiezan a ser los niños los protagonistas de los cuentos para niños. No obstante, los personajes que aparecen, son personajes planos, es decir, arquetipos que se definen por 1 o 2 características, como por ejemplo: Blancanieves: guapa e ingenua.

Yo no era consciente de la falta de literatura infantil que ha habido a lo largo de la historia, pues cuando yo era pequeña tuve la suerte de conocer la literatura infantil en sus comienzos, pues en los años 90 fue el mayor boom de la literatura infantil. Cuando hablábamos en clase de la importancia que le daban a lo largo de la historia a los valores morales, a que los niños leyeran para aprender algo, y de la poca importancia que se le daba a fomentar en los niños el amor por la lectura, me costaba asimilarlo. Es difícil entender cómo a lo largo de tantos siglos, no se llegara a conseguir el hecho de escribir para la propia diversión y entretenimiento de los niños. Pues leer es un hobby tan bonito o mucho más que cualquier otro. De hecho a los niños que les gusta leer muchas veces su mayor regalo es un libro. Pensar que mis padres, mis abuelos y muchas otras generaciones no han podido disfrutar de la lectura como tal, me hace recapacitar mucho sobre la suerte que hemos tenido en mi generación, de poder entender la lectura como un entretenimiento y un disfrute y de disponer de libros infantiles gracias a los que podamos entenderla como tal.
Al hablar de la generación de mis padres y de mis abuelos, he de hacer una parada para hablaros de los años 30 en los que Elena Fortún publica su primera novela “Celia” con un personaje principal, Celia que no era un personaje plano, sino todo lo contrario, era un personaje con psicología infantil (rabietas, travesuras …) No se había leído nada igual que Celia hasta el momento. Como tuvo mucho éxito “Celia” creció y se siguieron publicando libros hasta los años 60.

Aparecen por esta época (40-50) también libros como “Antoñita la fantástica”, “Coyote” “Maripepa” (primeros libros ilustrados a color en España)…

Y por fin llegamos a los años 90. En los que empieza a llevarse a cabo la necesidad de acercar al niño a la literatura infantil. Y es en esta fecha cuando realmente se define el concepto de literatura infantil, se empieza a tener en cuenta la importancia de que los niños lean por diversión, por el gran placer de leer. Surge la Fundación del libro infantil y juvenil: Germán Sánchez Ruipérez.
Una vez que ya os he acercado a la historia de la literatura infantil, como me acercó a mí Irune en clase voy a centrarme en los temas que me han llamado especialmente la atención de este bloque para desempeñar mi futura labor como maestra.

El tema de los personajes planos con los que los niños no podían identificarse, me pareció muy importante haberlo conocido para entender la importancia que tiene a día de hoy el desarrollo y el carácter de los personajes en los libros infantiles, la importancia de que el lector pueda identificarse, sino es con el protagonista con algún personaje de la historia, o pueda identificar a alguien cercano a él, por ejemplo a sus padres, a sus hermanos, profesores, amigos, con personajes de los libros.

A la hora de elegir un libro para recomendar a nuestros alumnos es muy importante que tengamos en cuenta la edad a la que va dirigido, los gustos de nuestros alumnos, y sobre todo las características del libro. Debemos fijarnos tanto en el formato como en el contenido, que ambos sean apropiados para los lectores a los que se lo vamos a recomendar.

Un escritor de literatura infantil no basta con que sea un buen escritor, tiene que ser un experto en la psicología evolutiva del niño, se tiene que ajustar a lo que los niños sienten. La literatura por su esencia apela al aprendizaje emocional. Por lo que al igual que un escritor de literatura infantil, tiene que tener ciertos conocimientos, nosotros como futuros maestros también hemos de partir de una base firme para poder recomendar un buen libro a nuestros alumnos.

Es muy importante que tengamos en cuenta qué tipo de libro queremos que lean, si queremos enseñarles historia acompañándola con un libro de la serie de “Paula”, está claro que no tendremos que tener en cuenta los mismos criterios que para recomendar un libro literario. Para recomendar un texto paraliterario como son los de la serie de Paula, debemos tener en cuenta factores como, que el libro tenga una finalidad funcional, que se entienda bien la historia como la explica el libro, que no se haga muy pesado etc…
Sin embargo a la hora de recomendar un libro de literatura infantil para el disfrute de los alumnos hemos de pensar en cosas muy distintas. El formato del libro ha de ser adecuado a la edad pero sobre todo el contenido. En mi futura labor como maestra, tendré mi propio archivador, con análisis que empezaré a hacer desde este año de libros infantiles. Me parece muy importante, por no decir lo más importante, que los lectores se sientan identificados con el protagonista o los personajes, por lo que será un aspecto a tener muy en cuenta a la hora de recomendar un libro. Además me parece muy importante que el libro tenga un lenguaje para niños, es decir que sea comprensible y sencillo, siempre adecuado a las diferentes edades.
Me parece fundamental haber conocido todo esto, para no “meter la pata” el día de mañana a la hora de recomendar un libro, haciendo algo como lo que me han hecho a mi desde pequeña en mi colegio. Hay una típica frase que resuena una y otra vez en mi mente, “Leeros tal libro y hacerme un resumen, me lo tenéis que entregar dentro de 1 mes. El que no lo entregue suspenso” por la que durante años aborrecía la lectura, de hecho he de decir que creo que a lo largo de mi etapa escolar me leí dos libros de todos los que me mandaron, el resto los buscaba en el rincón del vago, y entregaba el resumen que era todo lo que se nos pedía.

Por favor, si me lee algún maestro nunca hagáis esto. La literatura infantil no merece ser tratada así. Es algo muy bonito de lo que se puede disfrutar enormemente de muchísimas maneras. Trabajar la motivación a la lectura, fomentar el gusto por la lectura regalando a vuestros alumnos narraciones de cuentos en clase, y no sólo elijáis vosotros por ellos, dejarles que participen que elijan libremente el tipo de libro que les guste leer, no a todos nos gustan los libros de princesas o los libros de aventuras. Si os obligan a que los niños lean un libro determinado intentar motivarles lo máximo posible. Lo más importante, acompañar a los niños en su motivación a la lectura.

Páginas web recomendables:

·Cómo trabajar la literatura infantil en primaria

http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_26/AURORA_MINGORANCE_1.pdf

·Los beneficios de la literatura infantil

http://www2.fe.ccoo.es/andalucia/docu/p5sd7247.pdf

·Un artículo sobre literatura infantil y educación primaria.

https://periodicos.ufsc.br/index.php/perspectiva/article/viewFile/2175-795X.2012v30n3p947/pdf_1

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